Existen maestros que con sólo pensar en el comienzo de un nuevo curso se echan a temblar, sobre todo cuando deben enfrentarse a alumnos demasiado conflictivos. Estas sensaciones provocan que la autoestima se tambalee, la confianza en sí mismo se reduzca y sin darse cuenta se transmita en sus clases debilidad, cosa que los alumnos captan rápidamente. Los estudiantes huelen este “miedo” y ganan un terreno que luego será muy difícil recuperar para el maestro.
Hasta los profesores con más experiencia necesitan potenciar su autoestima y confianza en ellos mismos ante un nuevo curso, pues las circunstancias que viven dentro y fuera de la institución afectan su estado de ánimo. Es por ello que también se ve afectada la manera de desarrollar una clase, una reunión con compañeros, una reunión con los padres, entre muchas otras cosas propias del ámbito escolar.
Por todo esto, es aconsejable hacer un ejercicio personal para reforzar la confianza en sí mismo y posicionarse desde el primer día de clase como el líder de la “tribu”, aquel que conducirá al grupo hasta el objetivo final: aprender sobre la asignatura que se imparte y obtener los mejores resultados académicos. Esto no sólo ayudará a posicionar al maestro como un buen profesor, si no que ayudará a los alumnos académicamente y también a ser mejores personas.
Estos son algunos consejos para comenzar el curso con la confianza necesaria:
Márquese retos y metas personales
Haga una reflexión sobre cómo fue el curso anterior, que le gustaría cambiar o mejorar, cómo le gustaría que le respondieran sus alumnos, persiga los resultados que le encantaría obtener de sus clases.
Durante el tiempo libre realice actividades que le gusten y eleven su energía de una manera positiva, lo cual afectará favorablemente su profesión. Sus alumnos verán la pasión que siente por su trabajo y amarán sus clases.
Actúe como un líder, usted es quien dirige al grupo y la persona encargada de que los estudiantes puedan llegar a la meta.
Preséntese, dígales cómo quiere que se dirijan a usted: de tú, de usted, por tu nombre, o Sra. X o Srta. X, etc. Hábleles de su experiencia como maestro hasta el momento, cómo le gustaría que se desarrollasen las clases y cómo desearía que ellos colaboraran en esto.
Presente su asignatura como algo maravilloso que van a tener el privilegio de recorrer y que les va a aportar extraordinarias experiencias. Haga que desde el primer día amen su asignatura, da igual cuál sea ésta, usted puede conseguir transmitirles el deseo de asistir a sus clases, estudiar y querer más.
Tenga la certeza absoluta de que es un maestro único.
Tenga como modelo a algún maestro que haya tenido, al que haya admirado y al que le encantara asistir a sus clases. Esto apoyará la visión de usted mismo en su profesión, aunque recuerde que usted es único y por lo tanto no debe compararse con nadie, ni imitar a otros. Sin embargo, puede seguir estrategias de éxito manteniendo su propia esencia y singularidad.
Transmitirá seguridad y pasión por su materia, cosa que los alumnos captarán desde el primer momento, mostrarán interés y respeto.
Los primeros días de clases, y cómo lo vean sus alumnos, marcarán el desarrollo del año escolar. Tenga en cuenta estos tres consejos antes de empezar y ganará no sólo confianza en usted mismo, si no que también tendrá la confianza y el respeto de sus estudiantes y de compañeros de trabajo.
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